La leyenda de Coyolxauhqui y Coatlicue

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Hoy regresando a mis raíces, de las cuales estoy muy orgullosa, mis hermanos indígenas los honro, de los cuales me gustaría aprender mucho.

en esas manos que trabajan la tierra con esa fuerza, esosojos cansados que siempre ven mas a ya del pasado la sabiduría de tu dialecto, maravilla mi alma, por tu sabiduría y la forma de relacionarte con tu naturaleza, mi querido hermano indígena.

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la leyenda de coyolxauhqui coatlicue

 

según la mitología azteca, coatlicue era la diosa de la vida y la muerte. su nombre significa «la de la falda de serpientes». también se le llamaba tonantzin, «nuestra muy venerable madre», y teteoinan, «madre de los dioses».

era madre de los centzon huitznáhuac o cuatrocientos surianos, dioses de las estrellas del sur, así como de la diosa coyolxauhqui, que regía a sus hermanos.

coatlicue estaba viviendo en coatepec, por el rumbo de tula, donde hacía penitencia; tenía a su cargo barrer. una vez, mientras barría, cayó del cielo un hermoso plumaje, que ella recogió y colocó en su seno. cuando terminó de barrer, buscó la pluma que había guardado, pero no la encontró. en ese momento, quedó embarazada.

al saber los cuatrocientos surianos que su madre estaba encinta, se enojaron mucho. lo consideraron una afrenta. su hermana coyolxauhqui, cuyo nombre significa «la de los cascabeles en el rostro», les dijo que, efectivamente, los había deshonrado y debían matarla.

coatlicue se espantó y se entristeció mucho. pero su hijo huitzilopochtli, que estaba en su seno, le decía: «no temas, yo sé lo que tengo que hacer». sus palabras la consolaron, calmaron su corazón y la tranquilizaron.

mientras tanto, coyolxauhqui incitaba y avivaba la ira de los cuatrocientos surianos, que se aprestaron para la guerra. pero uno de ellos, cuahuitlicac, era falso con sus hermanos. lo que decían, enseguida iba a comunicárselo a huitzilopochtli.

resueltos a acabar con su madre, los cuatrocientos surianos se pusieron en movimiento. guiados por coyolxauhqui, iban ataviados y guarnecidos para la guerra, marchando en orden.

cuahuitlicac subió a la montaña, para decirle a huitzilopochtli: «ya vienen», describiendo la posición de los guerreros hasta que llegaron a la cumbre.

en ese momento nació huitzilopochtli, cuyo nombre significa «colibrí del su». ya adulto, tomó su escudo de plumas de águila, sus dardos y su lanza-dardos de turquesa.

pintó sus piernas y brazos de azul, dibujando en su rostro franjas diagonales. sobre su cabeza colocó plumas finas, se puso sus orejeras y en su pie izquierdo se calzó una sandalia cubierta de plumas.

con el fuego de la serpiente hecha de teas xiuhcoatl, que obedecía a huitzilopochtli, éste hirió a coyolxauhqui y le cortó la cabeza en la ladera de coatépetl, «la montaña de la culebra».

el cuerpo de la diosa rodó hecho pedazos; por diversas partes cayeron sus manos, piernas y cuerpo. su furioso hermano arrojó su cabeza al cielo y ella se convirtió en la luna.

huitzilopochtli, también el dios sol, persiguió a los cuatrocientos surianos, desde la cumbre de coatépetl hasta el pie de la montaña. en vano se revolvían contra él; nada pudieron hacer, no pudieron defenderse.

muchos le rogaban, diciéndole; «basta ya». sólo unos cuantos pudieron escapar de su saña y librarse de la muerte, dirigiéndose hacia el sur y convirtiéndose en estrellas.

cuando huitzilopochtli les dio muerte y sació su ira, les quitó sus atavíos y adornos; se los apropió e hizo de ellos sus propias insignias.

considerado un portento por ser concebido sólo con la pluma fina que cayó en el vientre de coatlicue, huitzilopochtli ocupaba un lugar principal en la mitología azteca, incluso delante de su madre.

Origen e historia del 10 de mayo

Vestal

La celebración del Día de las Madres tiene sus antecedentes en la Grecia antigua en honor de Rhea , conocida como ‘la madre de los dioses’. Durante el siglo XIX hubo algunas propuestas para dedicar un día a homenajear a las madres, pero no fue sino hasta 1907 cuando Ana Jarvis, nacida en Filadelfia, Estados Unidos, se reunió con un grupo de amigos y les planteó el reto de trabajar para que se estableciera una fecha para esta celebración.

A partir de ese momento comenzó una campaña para hacer que las autoridades accedieran a tal petición. Pronto se unieron amigos, vecinos y conocidos, quienes a través de folletos y textos en periódicos locales propagaron la idea en su comunidad. En 1908 se celebró la primera ceremonia no oficial para conmemorar a las madres en una iglesia metodista de Grafton, Virginia.El evento tuvo lugar el 10 de mayo del citado año y acudieron 407 mamás acompañadas de sus familias.En la ceremonia, Ana Jarvis regaló a cada madre presente un clavel, la flor favorita de su propia madre, quien había fallecido pocos años antes; desde entonces el clavel es representativo de este día.

A pesar de aquel evento, las autoridades no mostraron entusiasmo para que el Día de las Madres fuera una celebración oficial. La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó la iniciativa casi al instante, pero el Senado archivó la resolución y no concluyó el trámite. Ana Jarvis y sus colaboradores recorrieron el país compartiendo su idea y contactando personas influyentes de manera personal o a través de correo. De tal forma, personas de todos los estratos sociales, de legisladores y gobernadores, protagonistas de medios de comunicación y hasta líderes religiosos, presionaron al Senado para que se aprobara la iniciativa.

El 10 de mayo de 1913 se emitió la resolución. Fue el presidente Woodrow Wilson quien, el 8 de mayo de 1914, decretó que el Día de las Madres se celebraría en Estados Unidos el segundo domingo de cada mayo. La idea pasó a Europa y casi 40 países en todo el mundo iniciaron las celebraciones. En algunos casos se designó un día específico para llevarla a cabo, como en México, donde el 10 de mayo está dedicado a este festejo.