OTRA PERDIDA PARA MÉXICO; ALEJANDRO AURA

El poeta y escritor Alejandro Aura falleció el 29 de julio a las cuatro de la tarde.

Aura escribía diariamente en su bitácora en línea, alejandroaura.net/wordpress/ los pormenores de su tratamiento y de otros temas, pero el 28 de julio no escribió nada. Tan habitual era encontrar textos suyos cada día que sus visitantes se alarmaron de su ausencia.

Poema de Aura

“Despedida»

Así pues, hay que en algún momento cerrar la cuenta,
pedir los abrigos y marcharnos,
aquí se quedarán las cosas que trajimos al siglo
y en las que cada uno pusimos nuestra identidad;
se quedarán los demás, que cada vez son otros
y entre los cuales habrá de construirse lo que sigue,
también el hueco de nuestra imaginación se queda
para que entre todos se encarguen de llenarlo,
y nos vamos a nada limpiamente como las plantas,
como los pájaros, como todo lo que está vivo un tiempo
y luego, sin rencor, deja de estarlo.

¿Se imaginan el esplendor del cielo de los tigres,
allí donde gacelas saltan con las grupas carnosas
esperando la zarpa que cae una vez y otra y otra,
eternamente? Así es el cielo al que aspiro. Un cielo
con mis fauces y mis garras. O el cielo de las garzas
en el que el tiempo se mueve tan despacio
que el agua tiene tiempo de bañarse y retozar en el agua.
O el cielo carnal de las begonias en el que nunca se apagan
las luces iridiscentes por secretear con sus mejillas
de arrebolados maquillajes. El cielo cruel de los pastos,
esperanzador y eterno como la existencia de los dioses.
O el cielo multifacético del vino que está siempre soñando
que gargantas de núbiles doncellas se atragantan y se ríen.

Lo que queda no hubo manera de enmendarlo
por más matemáticas que le fuimos echando sin reposo,
ya estaba medio mal desde el principio de las eras
y nadie ha tenido la holgura necesaria para sentarse
a deshacer el apasionante intríngulis de la creación,
de modo que se queda como estaba, con sus millones,
billones, trillones de galaxias incomprensibles a la mano,
esperando a que alguien tenga tiempo para ver los planos
y completo el panorama lo descifre y se pueda resolver.
Nos vamos. Hago una caravana a las personas
que estoy echando ya tanto de menos, y digo adiós.

EN MÉXICO 2 DE CADA 10 JÓVENES ESTUDIA UNA CARRERA CIENTÍFICA

 

 

 

En México sólo dos de cada diez universitarios estudian una carrera científica, por lo que es indispensable el fomento de dichas disciplinas y la búsqueda de nuevas vocaciones para el desarrollo de las ciencias.

 

Al inaugurar el Edificio B de la Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), mencionó que si algo nos ayuda a comprender el mundo y a transformarlo en beneficio de todos, es el estudio de las ciencias y el desarrollo de la tecnología.

A su vez, Adame Castillo, gobernador de Morelos, refrendó su compromiso con la educación y consideró que la universidad es un espacio privilegiado para reflexionar sobre el papel de la academia en el crecimiento y el avance de México.

Estableció que el Programa Estatal de Innovación y Competitividad es una prueba de la importancia que su administración concede al conocimiento, como turbina poderosa que ayuda a levantar el vuelo y a fomentar el desarrollo de la entidad.

En este sentido, aseguró que la nueva Agenda de la Ciencia y Tecnología invita a ser capaces de valorar la capacidad creativa aplicada mediante el conocimiento de esas materias.

La Facultad de Ciencias tiene una población de 300 alumnos entre licenciatura y posgrado y el nuevo edificio cuenta con tres plantas con acceso a Internet, cinco aulas equipadas con proyectores y cinco laboratorios de docencia con equipo básico de química, física y biología molecular.

También tiene cinco laboratorios de investigación con equipo especializado, además de un auditorio para 100 personas, salón de seminarios, oficinas administrativas, cafetería y subestación eléctrica.

Los funcionarios mencionados anteriormente estuvieron acompañados además por el rector de la UAEM, Fernando de Jesús Bilbao Marcos, y el presidente municipal de Cuernavaca, Jesús Giles Sánchez.