Jerónimo Hernández Vaca
El Partido Acción Nacional y el gobierno panista del estado de Morelos se han convertido en un serio problema para las comunidades y los recursos naturales del estado, especialmente han agudizado el problema de la conservación de los mantos acuíferos en favor del pequeño número de latifundistas urbanos que se apropian del agua para sus conjuntos habitacionales, contaminan el agua con tiraderos de basura o proyectan vías de comunicación que atentan contra la naturaleza y las formas de vida de los pueblos.
Los panistas, no sólo en Morelos, sino en el país entero, están dando muestras de intolerancia política que ha conducido al estallamiento de conflictos sociales y políticos que alteran la convivencia social y política nacional.
Primero llegaron a la presidencia de la República en el año 2000 violando la ley electoral como se comprobó con el dinero ilícito que usó el partido para llevar a Vicente Fox a la presidencia de la República. Luego se apropiaron por vías ilegales de la presidencia de la República en el 2006 en beneficio de Felipe Calderón.
En Morelos el ex gobernador Sergio Estrada Cajigal terminó sus seis años de gobierno gracias a la ayuda de su amigo Vicente Fox y su influencia política para que los poderes federales no enjuiciaran políticamente al gobernador ante las constantes violaciones a la ley que cometió en la represión contra los pueblos y fue acusado, públicamente, de mantener ligas con el narco.
En nuestros días, el gobierno panista sigue con su costumbre represiva.
Saúl Roque, líder comunal de un conjunto que engloba a 60 comunidades en defensa de los recursos naturales habló con Angélica Enciso, reportera de La Jornada, sobre la violencia que ejerce el gobierno del estado contra las comunidades que, en asambleas, toman sus decisiones en defensa de los recursos naturales:
“El gobierno, cada vez que se le complica la situación por las movilizaciones, dice que estamos conectados con grupos políticos, partidos políticos, el EPR, la APPO, San Salvador Atenco, no se qué más inventan para desprestigiarnos. Este movimiento surgió por una necesidad propia de las comunidades, nos regimos por las asambleas comunales”, explica con voz pausada y firme.
El conflicto no es menor y en éste se ven involucrados 295 investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México. Al respecto, la reportera nos dijo la siguiente:
“El pasado 17 de junio, 295 investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) enviaron una carta al gobernador, Marco Antonio Adame, en la que expresan su preocupación por “el carácter que han tomado las discusiones en torno a Loma de Mejía (donde se pretende construir un tiradero de basura sobre un manto acuífero) y a la existencia de acusaciones injustificadas e irresponsables, como son la de ecoterrorismo o vinculación con grupos armados, tememos por la integridad física y moral de los investigadores y colaboradores que han participado en la elaboración y difusión del arbitraje del proyecto”.
El desprecio que el gobierno panista siente por el pueblo se puso de manifiesto en mayo de 2007 cuando, nos dice la reportera, la gente de 13 comunidades fueron reprimidas en la carretera:
“En mayo de 2007, integrantes de los 13 pueblos –Xoxocotla, Tetecalitla, Tepetzingo, Tlaltizapán, San Miguel 30, Santa Rosa 30, Tetelpa, Benito Juárez, El Mirador, Acamilpa, Pueblo Nuevo, Temimilcingo y Huatecalco, de los municipios Puente de Ixtla, Emiliano Zapata, Zacatepec y Tlaltizapán– realizaban una marcha por la autopista y a la altura de Alpuyeca fueron detenidos por policías que golpearon a mujeres y niños, lanzaron gases lacrimógenos y detuvieron incluso a gente ajena a la protesta.”
Pronto, el país entero se ha dado cuenta que los panistas no representan más que la vieja tradición priísta en el ejercicio del poder aunque totalmente desligado de las necesidades populares. No fueron necesarios más de setenta años de gobiernos panistas para darnos cuenta de su carácter regresivo y represivo. Apenas fue suficiente que ejercieran el poder por seis años con Vicente Fox. En 2006 perdieron el poder presidencial, pero lo arrebataron a la fuerza, por medios fraudulentos. Y un gobierno desligado del pueblo, ajeno a la voluntad popular, es, usualmente, un gobierno intolerante y represivo de las causas populares, como ha ocurrido en el caso del estado de Morelos.